Hoy, una amiga me comentaba que en mi última estancia en Londres, porque lo mío son algo más que visitas, apenas había escrito ningún capítulo nuevo de mis crónicas británicas, tiene razón. Esto es por dos motivos. El primero es que me fui a Londres con deberes por hacer, muchos deberes, y el segundo que durante estos días he ejercido de abuela, concretamente de abuela con nieto/niesta cold, es decir mocos y demás. Pero aun así he hecho cositas, no tantas como en otra ocasiones; pero no me pasé las dos semanas encerrada. Más cuando en esta ocasión conté con un acompañante de excepción y es que mi marido cogió la maleta y para Londres que se vino durante unos días, es decír que hicimos de turistas. Una de las visitas, casi obligada, fue una vez más el British Museum, esta era mi tercera visita y calculo que me quedan unas cuantas más, no me atrevo a decir el número. Como no coincidía con ninguna fiesta escolar y noviembre no es el mes mas fuerte en cuanto a turismo se refiere, el museo estaba relativamente tranquilo, así que aprovechamos para saludar, una vez más, a mis amigas ya casi amigas las momias.
Pero nuestro objetivo estaba en otra ala del enorme museo, las salas dedicadas a Egipto (esculturas) las momias comen a parte. Mesopotamia, Grecia y dentro de Grecia,cómo no, el Partenon.
De tanto en tanto se alzan voces desde Grecia, más o menos sonoras. Me decía un guia del Museo que esto suele suceder cada vez que hay un cambio de gobierno. Lo cierto es que esas esculturas llevan allí desde principios del siglo 19. La Grecia Antigua y la de ahora ha tenido una vida muy azarosa y el Partenon es un buen ejemplo. Fue construido hace casi 2.500 años, de estos 100 fue Iglesia después mezquita , lo que no suele ser bueno para las esculturas que representan la figura humana. A finales del siglo XVII los venecianos hicieron de él un polvorín, que mira tú lo que son las cosas un día saltó por los aires llevandose el tejado entre otras cosas. Así debió encontrarlo Lord Elgin, por aquel tiempo embajador británico en el Imperio Otomano. Tras una negociación que no debió ser demasiado larga, obtuvo la autorización para llevarse las esculturas que desde 1816, pronto hará 200 años, estan en el museo para quien las quiera y pueda admirar, y perfectamente conservadas. ¿Estarían así de haber permanecido en Atenas?.
No lo puedo saber, pero sinceramente creo que no. Hay mucho loco suelto por ahí.
Cuando vas a visitar la Alhambra te explican aquello de cómo el ejército frances hacía practicas de tiro con sus cañones contra las torres que la rodeaban. No olvidemos la esfingue por no hablar de lo que a día está sucediendo con el patrimonio, el enorme patrimonio artístico y cultural que sin ningún reparo los radicales estan dinamitando, en muchos casos junto a quienes lo protegian y cuidaban. Por eso cuando tras dedicar un buen rato a Grecia entamos en las salas dedicadas a Asiria, no pude evitar sentir una profunda tristeza y al tiempo un gran alivio contemplando los maravillosos bajorelieves de Nínive o Nimrud, que , no olvidemos se situan en el norte de Irak. Solo por eso vale la pena viajar a Londres.
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