Así más o menos es como empiezan los días de turista en Londres, esperando.
Esperando un autobús más típico y más incómodo amén de más lento o como en este caso el metro que, para quien no lo sepa tiene muchas estaciones que no encajan con en el concepto subway porque como esta de Parsons Green son abiertas lo que en un día como hoy soleado queda bien, lo que no es garantia de que haga menos frió. ¡dios qué rasca!
De Parsons Green a Westminster donde hemos hecho cambio de línea, sin sacar la cabeza del agujero.
Esta estación tiene un aire muy Mad Max, que dices hombre ya que la haces nueva no le podías dar un poco de alegría, Pues no, es como si estuvieras metida dentro de una lavadora gigante.
Por cierto como casi todas las líneas de metro esta también discurre a nivel catacumba. Nada que ver con el metro en Nueva York que, al menos los que yo cogí iban a ras de suelo.
Nuestro primer objetivo y principal era el Borough market, que más que mercado es algo así como un multirestaurante a pie de calle donde igual te comes unes sweet potatoes, como una paella (con chorizo off course) falafel, arroz basmati del de verdad, noddles, y curry mucho curry. Dice mi hija que también hay paradas donde los hay que hacen la compra, en plan dos cuartos de pollo la carcanada a parte, pero yo no la he visto porque si bien la zona fast food on foot estaba a pleno rendimiento preparando la llegada de los business man de la cercana city la otra estaba así.
Es decir que la primera foto del mercado no es mia porque me fallaban los figurantes. De allí nos hemos ido hacia la city propiamente dicha donde la gente parece estar de luto, no sé si por el preocupante estado de la economia britanica, que esta formando una burbuja que el dia que les explote se van a quedar retratados o simplemente porque son aburridos. Aquí todo dios va de negro o en un extra azul marino, claro que el fresquito contribuye mucho pero no sé un poco de color…. vamos que la chaqueta de mi hija marron resultaba extravagante, yo tambien iba de negro “never more”. Claro que de tanto en tanto hay alguien que te alegra la vista. y te hace pensar que este pais aun tiene futuro.
Como caia cerca he querido acercarme a la Catedral de Saint Paul’s mundialmente conocida por ser la catedral en que los hijos del senyor Banks se encontraban con una dulce ancianita dando de comer a los pajaritos. (algo que por cierto les había predicho la antes citada nanny que para mi que era un poco rara)
De camino le comentaba a mi hija que nunca había entrado en la catedral y ella al parecer tampoco.
Nos hemos hecho un par de fotos al más puro estilo guiri en la escalinata y para adentro que nos hemos y…. para fuera hemos vuelto porque no, porque no me da la gana pagar 17 libras por ver una catedral que no es que sea el colmo de la belleza (me permito recordar que aquí la realeza cuando se casa no lo hace en esta catedral) y que encima me avasallen con tropecientos carteles de “no foto”. Pues anda ahi se queda la catedral.
Llegados a este punto la city empezaba a llenarse con el conocido y muy british olor a Falafel lo que significa hora de comer, teniamos dos opciones, buscar algo por allí o coger el metro (lo que significa librarnos de las horas punta) y regresar a nuestro territorio en Fulham. Hemos optado por esta segunda opción pero para ello teníamos que llegar Blackfriars Bridge.
Este es uno de los puentes famosos de Londres su nombre se debe a un antiguo monasterio que antaño hubo por allí. Este puente forma parte de los circuitos del bus turistico, no en balde en un lado del rio se encuentra la Tate Gallery y en el otro un edificio que no figura entre las prioridades del turista habitual pero que bien merece una visita. Se trata de la sede central de Unilever, una de esas empresas multinacionales que mueven más dinero que muchos países.
Entre los años 2004 y 2007 el interior de este edificio histórico fue completamente renovado y hoy por hoy es de visita inexcusable para cualqueira que se interesa por la arquitectura y la fotografía de espacios.
La entrada es libre a la planta baja donde hay una cafeteria abierta al público.
De vuelta en territorio conquistado hemos entrado en wagamama un sitio recomendable especialmente si tienes alergias alimentarias, un tema que llevan muy bien. Eso sí ojo que cuando te dice poco picante, ten por seguro que beberas mucho
Pues hasta aquí el parte del día, de nuestro guiri’s day in London esa ciudad donde la gente aparca en la calle sin pudor, un masseratti o un rolls junto a un subaru de los 80
donde te puedes encontrar un señor en la city con mallas que bien puede ser que tenga un maseratti aparcado a la puerta de casa, lo que no excluye que él como todos tenga que conservar la basura almacenada (raspas de sardina incluidas) hasta ese día mágico en que pasa el camión de la basura y puede, Dios no lo quiera, que le manche el capó del coche.
Más información sobre la sede central de Unilever en Londres