Hoy Anna Netrebko ha medio llenado el Liceo, no tanto por falta de ganas del público como por la conjunción de: confinamientos surrealistas, aforo limitado, paranoias varias, crisis economica a lo que yo añadiria, reducción en el número de lavabos, ya de por si escasos y ausencia de toda posibilidad de beber algo que no sea agua del grifo, o de la botellita que se supone, no puedes llevar.

La pandemia ha echo que de la exigua «copeta de cava» a precio de oro, que yo nunca tomo, pasemos a la fiambrera, porque hoy era un recital y era breve ,pero Los Cuentos de Hoffman en estos momentos en cartel, duran tres horas y media. Vamos que para ir a la ópera has de venir con mochila.

A lo que iba, hoy cantaba Anna Netrebko y eso solo es un motivo más que suficiente para estar allí. No negaré así sobre el papel, el programa no era como para emocionar, cosa que en ningún momento ha conseguido y es que como diría Eugenio «muchos rusos en rusia»

A eso me refiero a que ella lo canta todo maravillosamente bien, no a todo el mundo le gusta pero a mi sí. Y cuando entre tanto ruso me regala un «Depuis le jour», pienso: Jolin porque no cantas menos cosas pero más ópera.

Si miro atrás, obviando aquello de que las comparaciones son odiosas, y recuerdo el concierto que en septiembre ofrecieron Radvanovsky y Beczala, sencillamente no hay color y la gran diferencia es la elección del programa . Y es que siempre digo lo mismo pero eso es porque es la realidad, la ópera no es solo música y técnica, la ópera es sobretodo emoción.

Esto no excluye que cuando Netrebko vuelva, yo también volveré a escucharla, con la esperanza de que ese día, sí, me emocione y me emocione mucho, lo suficiente como para volver a casa cantando a grito pelado como si no hubiera un mañana, pasando de todo pero profundamente satisfecha. Hoy ha estado bien, muy bien , con grandes momentos vocales, pero a la vuelta en el coche sonaba Lang Lang.

Buenas noches.

Si quieres un comentario más serio del recital harás bien en seguir este enlace ANNA NETREBKO