El festival de los «pongos»

El martes 21 tuve una de esas Cenas de navidad, concretamente la de los voluntarios del Liceu, este año y sin que siente de precedente fuimos invitados por la asociación y el lugar elegido fue el recién remodelado Hotel España en la calle San Pablo que merece un post a parte.

Aparqué el coche en la plaza de la catedral, donde en esas fechas, aun pre-navideñas, se celebra el tradicional Mercat de Santa Lluçia.  Nada más salir del coche mi oído, acostumbrado a la buena música y al que mimo con cariño para que me dure muchos años percibió un sonido, que no merece esa calificación porque en realidad era un ruido estridente, terriblemente molesto, algo así como cien grillos afonicos metidos en una caja de zapatos entonando un villancico. He de decir que había aparcado en la segunda planta. Al salir a la superficie descubrí el origen de semejante estruendo.

Nada más verlo supe que tenía que ser mío.

Tengo este otro que no hace tanto ruido y que es mucho más gracioso.

No, no. Yo quiero este.

Seguro? Es que tiene los ojos un poco sueltos.

Yo quiero este ¿cuanto vale?

8 euros, 9 con las pilas

Me lo llevo.

Yo creo que el pobre hombre hasta se sentía culpable, porque no dejaba de enseñarme otros artículos del mismo estilo pero desdeluego sin la prestancia  ni el glamour de este, al que dicho sea de paso, se le caía la tapa de las pilas:

Bueno, se lo dejo por 8.

Y a la cena me fuí con mi trofeo. Me sentía tan satisfecha de mi compra que entre la sopa de calabaza y la merluza en salsa verde (sencillamente exquisita) lo puse sobre la mesa y todos absolutamente todos, salvo quizá el maitre estuvieron de acuerdo en que yo sería la ganadora.

La ganadora ¿de qué?

Pues del GRAN CONCURSO DE PONGOS que iba a celebrarse en mi casa la noche de Navidad/cumpleaños de mi marido.Me sentía ganadora, si las casas de apuestas se hubieran fijado en nuestro concurso; yo habría apostado sin duda por mi pongo. Habría apostado y habría perdido.

El primer pongo en entrar en escena fue un pongo que en realidad no era un pongo. Porque a pesar de no servir para nada no cumplía los requisitos mínimos porque no era ni lo bastante feo

Ni lo bastante inútil. ¿Quien en algún momento de su vida no ha tenido ganas de sacarle los ojos a alguien, aunque solo fuera de «boquilla»?

Este pongo  venía acompañado de un gorro de ducha que simulaba una cabeza de tiburón con aleta incluída y que mañana me llevaré al gimnasio, lo que demuestra su utilidad.

El siguiente pongo fue un pongo doble.

La autora de semejante atentado a la estética fue mi hija «la viajera» y los destinatarios del «obsequio» mi hijo «el informático» y su sufrida novia. También mi hija, aunque por poderes, ya que fue ella y no mi yerno quién perpetró la compra de este magnífico diseño del «bareroski» que no hay que confundir nunca  con swarovski, aunque los originales también dejan caer algunos pongos como para tumbar de espaldas.

Hete aquí la «joya»

Entonces le llegó el turno al pongo de mi señor marido, especialmente dedicado a mi hijo el informático lo que le da, si cabe,  aún más valor

A la innegable calidad y originalidad del diseño, el tratamiento del color, y la sutileza de las formas,  hay que añadir su tamaño, algo más de dos palmos.

y su magnífico estado de conservación

La cosa se ponía difícil, parecía que la lucha iba a estar centrada entre «Le jardine» y mi encantador arbolito cantante. Pero entonces llegó Laura.

Laura, mi otra nuera, podría ser una buena personal shopper,  siempre y cuando sus clientes estuvieran dispuestos a dejar un cierto margen a la sorpresa. Porque cuando Laura va de compras cosa que suele hacer con bastante asiduidad nunca deja de sorprender. Tanto da si lo que compra es calcetines, bufandas o como en este caso PONGOS.

El impacto causado por la entrada en escena de esta rana/hucha, con la espalda forrada de rubíes de plastico barato, lo bastante grande como para necesitar las dos manos para sujetarla, fue brutal.

En ese momento ya todos sabíamos quién iba a ser la ganadora. Pero se puede por un 1 a 0 o por goleada y eso es lo que hizo Laura, aplantas nuestras esperanzas y humillar nuestras aspiraciones.

El presupuesto máximo fijado por la organización era de 15 euros, y  15 euros en según que manos dan para mucho, por ejemplo para una rana/hucha y un buda dorado

Para una rana/hucha, un buda dorado y un jarrón romántico

Para una rana/hucha, un buda dorado, un jarrón romántico y dos simpáticos loritos parlanchines que repiten todo lo que oyen y no lo repiten una vez sino dos

Para una rana/hucha, un buda dorado, un jarrón romántico,  dos simpáticos loritos parlanchines y .. y esto

Que después de meditarlo, algo así como 5 segundos, se decidió que podía ser un fantástico casco de camuflaje.

(he intentado proteger su identidad porque la verdad es que una foto como esta hunde cualquier carrera)

Pero la cosa no acababa con la rana/hucha, el buda dorado, el jarrón romántico,  los dos simpáticos loritos parlanchines y el casco de camuflaje.

como ya he dicho el presupuesto era de 15 euros y a Laura aun le quedaba mucho por gastar/invertir, fue entonces fue cuando vio el PONGO GANADOR.

Porque en realidad a estas alturas desde la rana/hucha que Laura ya competía con ella misma y cuando parecía que nada podría superar la elegancia del casco, la fuerza expresiva de la rana o la sutileza del jarrón entonces va Laura y se saca esto no de la manga pero si de la bolsa.

(ruego que los que tengan un sentido de la estética especialmente desarrollado o aquellos con firmes creencias religiosas se abstengan de visionar las siguientes imágenes que pueden herir algo más que sus sentimientos)

Una inspección ocular más atenta nos desvela como :

El detalle de la barba, el rímel de los ojos y los pelillos del sobaco por no hablar de la gloriosa combinación de colores.

Pero todas las grandes obras maestras llevan implicito un mensaje oculto. Un mensaje que en este caso recibe el nombre de pilas

¿Para qué un crucifijo con pilas?

Buscamos un altavoz, un micro, una cámara oculta, pero nada. Así que dejamos el mando de la tele sin pilas y se las enchufamos al Cristo y esto es lo que ocurrió

Los pies del crucifijo se iluminaron primero en un tono entre azul y violeta para pasar al rojo encendido. Una luz que subía por las piernas de la figura alcanzando la zona del pecho lo que en la penumbra absoluta (que no es el caso de la foto) daba miedo.

No sé lo que pasará el próximo año, de momento ya hemos decidido que visto lo visto y teniendo en cuenta que a Laura aun le sobraron 4 euros de los 15 establecidos,  el presupuesto será drásticamente reducido.

Teóricamente las bases no escritas del concurso establecían que el ganador se quedaba con todos los pongos, pero no sé que ha ocurrido pero los pongos están en mi casa y la pregunta que me llevo haciendo un montón de veces desde el pasado viernes es ¿donde pongo yo ahora todo esto?.

4 comentarios en “El festival de los «pongos»

  1. Hola. Muy bueno lo del concurso de pongos.

    Me presento. Estoy (estamos) preparando una pagina para hacer un poco de cahondeo con el tema de los pongos. La idea es que cualquiera pueda subir sus pongos y comentarlos.

    Me parece que a todos vosotros os gustará la idea, 😉 y más viendo el nivel de los pongos que habéis puesto por aquí.

    La página, de momento casi en pruebas: http://www.vadepongos.es

    Saludos.

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  2. Pues si, Laura tiene habilidades ocultas que no sé si valdría más que permanecieran así, pero sin duda ella gano de callé. En cuanto alos pongos, pues demomento estan en el despacho de mi marido que siente una cierta debilidad por este tipo de cosas.

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  3. Esto es lo más surrealista y divertido que he visto en regalos de navidad!
    Felicita a Laura de mi parte y aprende a perder!!!!!! Te ha dado sopas con honda, esta chica tiene futuro, jajaja…… aunque reconozco que todos os habéis esmerado mucho, juajuaaaaaaaa
    A ver que haces ahora con todos los pongos…..
    Besotes

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