Carta abierta al Liceu

En los últimos días y semanas, los amantes de la ópera de estas tierras no hablamos de otra cosa mas que de “La fille du regiment” que actualmente se representa en el Liceu.

Los que mantenemos un blog hemos dedicado, según el caso y el tiempo disponible,  uno, dos o más artículos a hablar acerca de los diferentes aspectos de esta obra y muy especialmente acerca de sus interpretes.

Por mi parte, con la “contra-crónica” de ayer daba por cerrado el tema hasta la próxima semana cuando espero tener nuevos y buenos motivos para volver a hablar de ella.

Pero esta mañana he encontrado este comentario en el post de ayer.

Acabo de llegar del teatro y sólo puedo decir que !HE DISFRUTADO DE LO LINDO!
Me duelen las manos y la garganta, he salido del teatro con una sonrisa de oreja a oreja (…) Pues nada, me voy a la cama contenta y con ganas de repetir la experiencia. Ah, y, por favor : ¡ QUE VUELVAN!

Más tarde en mi correo personal un buen amigo me dejaba el siguiente mensaje.

Nena creo que no podre dormir de la emoción, ha hecho también un bis (…)

Este correo y un par más con contenido parecido  me han empujado a hacer una cosa que desde hace tiempo daba vueltas en mi cabeza.

Hoy quiero escribir una carta abierta, una carta abierta a los Señores Joan Francesc Marco y Joan Matabosch, Director General y Director Artístico respectivamente del Gran Teatre del Liceu.

Mi nombre es Estrella y soy una de los voluntarios de Amics del Liceu que desde hace unos años hemos asumido con placer y orgullo la tarea de acompañar a quienes lo deseen en sus visitas al Gran Teatre del Liceu, tanto a lo que se conoce como espacios públicos como  también a lo que yo suelo llamar la trastienda del Teatro, allí donde se fragua la magia.

En primer lugar quisiera aclarar que esta “carta abierta” es a título personal y que con ella no pretendo  hacerme portavoz de mis compañeros, aunque sospecho con cierto fundamento que muchos de ellos puede que estén de acuerdo en todo o parte de la misma.

Desde el primer momento en que acepté esta responsabilidad, que lo es, tuve claro que nuestro papel iba más allá del trabajo de un guía turístico. No me equivoco si afirmo que lo que se esperaba de nosotros era que además de saber en que año y en qué fila de platea cayó la famosa “bomba del Liceu” o los nombres de las musas de las artes que adornan el techo del Saló dels Miralls (Salon de los espejos) lo que de alguna forma se nos pedía era que fuéramos capaces de transmitir a los visitantes los sentimientos que la ópera puede provocar, unos sentimientos que hacen que personas de orígenes sociales, económicos, y culturales muy distintos tengan en el terciopelo rojo de las butacas del Liceu su punto de encuentro.

A esta tarea es a la que me dedico con gran placer cada vez que llego al Teatro y me cuelgo la acreditación del cuello; intentando siempre, en la medida de mis posibilidades, transmitir a los visitantes, sea cual sea el motivo que los ha llevado hasta allí, una pequeña parte de ese veneno llamado ópera y que en nuestro caso tiene como cáliz  el escenario del Gran Teatro del Liceu.

Muchas veces al acabar la visita a “la trastienda” cuando siguiendo, más o menos, el guión establecido hablo de la complejidad organizativa que conlleva poner una ópera en cartel, un proceso que se trabaja o largo de cinco o seis años para cada una de las óperas que se representa, es en ese momento cuando hablo del teatro como una empresa que como tal ha de trabajar de forma eficiente intentando obtener el máximo rendimiento de su producto, un producto que en este caso tiene unas características especiales.

Porque lo que el Liceu vende no es un espectáculo, tampoco es un acto cultural ni social, lo que el Liceu vende es emoción.

La emoción de sentir a flor de piel cómo un teatro en pleno es capaz de contener el aliento mientras la música emanando desde el foso de orquesta  se expande hasta el último rincón del teatro en un suave murmullo que acaba fusionándose con una voz mágica que en ese momento, en la oscuridad del teatro, parece traspasar aunque solo sea por un instante los límites de lo humano para transportarnos de la mano de la música a un estado superior.

Eso es lo que yo viví hace años siendo aun una niña en un  Liceu que permanecía en silencio y expectante la oportunidad única de  vivir las primeras notas de aquella primera Casta Diva de la Caballé.

Desde aquel día la ópera forma parte de mi vida.

Todos voluntarios, abonados, público en general tenemos en nuestra memoria una vivencia parecida, una emoción.

La ópera como muy bien dice un eslogan de este Teatro, es una emoción.

Estas emociones son las que  provocaron que hace ahora 16 años los ojos de muchos se llenasen de lágrimas, porque aquellas paredes que ardían, aquel techo que se hundía ante la impotencia de todos había sido el escenario de muchos espectáculos sí, pero ante todo era el escenario de sus emociones, emociones compartidas que fueron el motor, el autentico motor que propició el acuerdo,  difícil acuerdo que permitió que el Liceu volviera a levantarse sobre sus cenizas.

Yo lo viví y lo  revivo en muchas ocasiones a través del testimonio de los visitantes a quienes he acompañado por el Teatro.

Por eso a veces me entristece cuando escucho comentario desde dentro o fuera del Teatro que me hacen pensar que quizá hemos perdido un poco el norte.

Un ejemplo.

Hace tiempo escuché el comentario de un  miembro del equipo directivo del teatro que se expresaba más o menos en los siguientes términos.

Cuando estrenamos un Otello nos vienen los de siempre (en referencia a los medios de comunicación “de casa”) en cambio cuando se trata de un Bieito nos llueven los medios extranjeros.

En parte estoy de acuerdo  porque como decía Oscar Wilde

Que hablen de mi aunque sea mal.

Es cierto que para su supervivencia el Liceu ha de traspasar las fronteras de este país nuestro tan pequeño, pero no a cualquier precio.

Hay un principio fundamental de la economía que mucho me temo no tiene autoría reconocida y nunca será merecedor por tanto del Nobel de Economía que dice.

Siempre pero en tiempo de crisis más, lo más importante  para seguir adelante es conservar los clientes y si se pueden conseguir nuevos mejor que mejor.

Estos medios extranjeros que tanto gustan no son los clientes del Liceu ellos vienen y se van y por no hacer ni tan siquiera pagan entrada (no puedo afirmarlo pero casi  lo doy por seguro)

Ellos no son los que mantienen en pie esta casa. Los clientes del Liceu son otros, esos que cada año al conocer la programación para la próxima temporada dudan si enviarlo todo a rodar y pasar de aquel abono que mantienen a veces en contra del buen sentido desde hace mucho o pocos años, eso no importa. Curiosamente los «nuevos clientes» esos jovenes o no tanto que afortunadamente  y en buen número andan por el Teatro, los que acaban de descubrir la opera,  lo han hecho gracias a «cosas» como el Elisir d’Amore, Norma, Butterfly.

No pido ni deseo que el Liceu pase a ser un teatro de repertorio al estilo del Met (a pesar de que yo como muchos envidio las grandse voces que allí se escuchan) la posición del Liceu en el circuito mundial de la ópera no se lo permite. Personalmente no me gustan aquellas puestas en escena que yo llamo de miriñaque como la última Manon lescaut,  por rancias y antieconómicas, Pero entre la naftalina y la basura volando por los aires o los cubos anodinos media un abismo.

El Liceu en tanto que punto de difusión cultural nos ha permitido ver y gozar óperas prácticamente desconocidas como Boulevard Solitude, con una puesta en escena a mi parecer excepcional, como también lo era la de Die Tote Stadt, una agradable sorpresa o el último Tanhausser. Pero no siempre es así, a veces quizá demasiadas, esta faceta innovadora del teatro nos ha hecho bostezar con un Trovatore pensado mas para la posterior la difusión en DVD que en el pobre espectador del cuarto piso que de la escenografia no vio más que una caja anodina y a quién  desde la distancia le resultaba francamente dificil por no decir imposible captar todos los matices de aquella representación. Él también es un cliente del Liceu.

Creo que entre unos y otros se está consiguiendo que el público empiece a estar harto de verse empujado a forjar, sin quererlo ni desearlo, grandes curriculums de pretendidos «grandes» directores de escena que parecen basar esa su grandeza en cuando, cómo, donde y con qué intensidad han sido abucheados por aquel atajo de ignorantes que es el público asistente.

Creo que entre unos y otros se está consiguiendo que el público empiece a estar harto de los caprichos de algunos directores de escena que escudándose en su libertad para entender la obra como mejor les parezca, olvidan, parecen olvidar o quieren olvidar que la ópera es teatro sí, pero que antetodo su esencia es la música y la voz y que hay que poder escucharla

Creo que  todos jóvenes o no tan jóvenes, viejos aficionados o recién llegados, los de platea y también los arriba, todos empezamos a estar un poco hartos de que se nos trate como a ignorantes.

Quizá me he extendido mucho y probablemente no he estado ni demasiado concreta ni lo bastante coherente en mi exposición,  pero esta carta abierta que dudo mucho llegue nunca a manos de sus destinatarios hay que entenderla como lo que es una reflexión bien intencionada de alguien que como muchos, ama la ópera y siente este Teatro como algo propio.

Para acabar quisiera recordar lo que ayer decía hablando de La Fille du Regiment, la crisis es algo que depende mucho de quién canta, qué canta y donde lo canta

38 comentarios en “Carta abierta al Liceu

  1. Pingback: Hablar/Parlar
  2. Montse plantea una cuestión muy interesante. donde hay que invertir. Puestas en escena versus grandes voces.

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  3. suscribo totalmente el comentario de la última Montse, lo de la suegra no puedo suscribirlo porque no estaba presente pero si con la idea.
    Saludos

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  4. Relacionado con el post de la fille distancias cortas. Interesante sería ver esta carta publicada en otros medios, como ópera actual por decir uno.

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  5. Atenent a la seva demanda deixo aquí també el comentari
    Crec que aquesta carta hauria de tenir més difussió
    Gràcies.

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  6. He leído todos los comentarios y me gusta mucho lo que dice Teresa, a mi también me interesan las propuestas arriesgadas e innovadoras, lo que no soporto es el mal gusto o la desnudez exagerada de «il trovatore». Recuerdas Estrella lo mucho que nos reímos de la puesta en escena?. Lo mejor el mobiliario, dijo tu suegra, ni una silla!!!!!
    En el Liceo se priman mucho las producciones y quizá el debate debería centrarse en que se invierte el presupuesto, primando a los directores de escena «estelares» ó las voces y la música.
    Ya hemos visto lo que está pasando estos días con Florez, por cierto con una producción exquisita.
    Pero tus reflexiones siempre tan acertadas y estos comentarios deberían llegar a manos de los responsables del teatro ya que como muy bien dices somos nosotros los que los sostenemos.

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  7. Discrepo en algunas cosas pero creo que los abonados solemos quejarnos al aire, una costumbre muy española, y quizá va siendo hora de que empezamos a pensar como colectivo.

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  8. No es exactamente el tema de la carta pero creo que tiene relación. Alguién podría explicarme porqué se suspendio (y de qué manera) la temporada del Foyer, cuando su coste es mínimo comparado con el de una opera? Por lo demás siento no haber podido asistir a esta Fille, lo siento y no lo siento porque me desperté tarde y ya no encontré entradas.
    Felicidades a todos los que la habéis visto.

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  9. Pues ahí va la mia, estoy de acuerdo a un 80%. Solo difiero en la forma, me explico quizá esta carta da un poco la sensación de que NO queremos operas modernas y eso no es así. Creo que casi todo el público del Liceu queremos renovación pero partiendo del respeto al autor y al público.
    Gracias por tu iniciativa

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  10. BASICAMENT ESTIC MOLT D`ACORD QUE ELS CLIENTS SOM ELS DE CASA, PERO DIFEREI-XO DE TU LLEUGERAMENT, DEIXA QUE AMB TOT CARINYO ET DIGUI QUE MANON, VA SER ESPLE -NDIDA DE VEUS I POSADA EN ESCENA, ELS MIRINYACS A MI M`AGRADEN VA TENIR UN MOVIMENT ESCENIC MAGNIFIC I HI HAN HISTORIES QUE SENSE LA EPOCA ADECUADA NO TENEN SENTIT, VEASE,
    DON GIOVANNI A LA VILA OLIMPICA AMB BATI DEL BARÇA.
    LA MANON DEIXAM QUE T`INFORMI ES UNA OPERA QUE LA CADENA FRANCESA MEZZO PASA MOLT SUBIN, AL COSTAT DE OPERAS DE VIENA, MOZARTEUM DE SALZBURG, METROPOLITAN, SCALA DE MILA, ETC…..
    DE TOTES MANERAS UNA FORTE A BRAÇADA I FINSLA PROPERA PER SEGUIR PARLANT, JO DEDE ELS 14 ANYS VAIG AL LICEU I SOC MES GRAN QUE TU…JE, JE, JE

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  11. eh! que tampoco hace falta que tengamos cada día a Juan diego florez o la Ciofi porque menudo segundo reparto. Cómo disfruté, una pasada ahora a ver cuanto tardamos en volver a verlos, Muy buenos.

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  12. Vaig fer la visita a escenari amb tu (permet que et tracti així) i vaig sortir d’allí encantada, em va agradar moltíssim la manera com ho vas explicar i com ens vas transmetre qué és l’òpera. A mi m’agradava però des d’aquell dia m’agrada encara molt més. Es per això que et dono tot el meu recolzament.
    Montse i les 6 amigues que vam venir aquell dia inoblidable.

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  13. Ya se que no es el tema, pero tampoco se donde decirlo. Yo creo que los abonos reducidos no funcionan, por la ley de Murphy siempre te toca la opea que no quieres y te has de tragar el ballet de turno. Porque no se promociona algun tipo de abono reducido, solo opera, al estilo de los populares pero con los casts principales?

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  14. Ante todo, chiquilla qué bien te explicas.
    Y después a lo que iba, creo que tienes toda la razón del mundo y parte del extrangero. El peligro es que alguien saque la idea de que el publico del Liceu es un atajo de carcas, cosa que me consta no es, salvo algunas excepciones. Por aquello de la novedad fui hasta tu «casa» a ver una del Bieito y vista una vistas todas. Irrespetuoso (diga lo que diga Matabosch) con la música y con la obra, personalmente creo que sufre de un ombliguismo enfermizo, me refiero a Bieito, puede que el otro también pero eso ya no lo afirmo. He visto casi todo lo que se ha puesto en el Liceu y si es verdad han habido cosas innombrables, (a mi no me gusto Lohengrin aunque reconozco que respetaba la musica y la interpretación) Die tote Stadt que mencionas, una maravilla. La Manon , villazon y Dessay al margen, de lo mejor que se ha visto y así podría ir diciendo cosas muy buenas y otras…… Il trovatore, Dios! que bostezos. en fin que te felicito por sacar el tema a ver si al final se dan cuenta y muy bueno eso de como afrontar la crisis. Saludos, sepas que te sigo habitualmente hasta en lo de la cocina.

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  15. Me ha gustado mucho leer esta carta. Me ha gustado mucho porque está escrita desde el amor a la ópera y desde el respeto hacia los que aman la ópera. Valoro mucho las puestas en escena que hacen revivir una representación y entiendo que un director de escena debe ser capaz de transmitir a los espectadores que se acercan a la representación que están viendo esa ópera por primera vez… Si se alejan de la música y de las voces… malament…

    Sin haber ido nunca al Liceu (no puede esperar ya mucho tiempo más), sí que he sido testigo todas las veces que he visitado mi querida Barcelona cómo está metido en la vida de la ciudad. Recuerdo perfectamente cuando me llegó la noticia del incendio cómo se me estremecieron las carnes cuando mi relación con la ópera por aquel entonces era simplemente inexistente. Es muy importante lo que dices, Estrella. La ópera no es un tinglado donde todo es tangible y medible. Usas la palabra emoción. Perfecto. Que la midan… Que midan la emoción de la gente… Que tengan en cuenta lo intangible… No es posible pero… hay que saberlo.

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  16. Algún otro voluntario suscribe y se adhiere a la carta. Gracias por tu empuje en escribirla. Saludos cordiales

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  17. Aunque te lo repetiré personalmente, suscribo totalmente y me adhiero a la carta. Sólo tu empuje podía decidirse a escribir una carta como esta. Saludos

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  18. ja! ja!, el mundo es un pañuelo. Yo también estuve en aquella gloriosa Norma, pero creo que era un pelín más mayor que tú.

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  19. Doncs a mi el Trovatore em va agradar, una mica lent però em va agradar. I entre el que es veu ara i el que es veia en temps de Pamies jo em quedo amb avui. Ara bé llavors venien grans veus i això ho hem perdut i de quina manera. Tot i que he dit que m’agrada el que ara es fa també reconec que hi ha vegades que es fan coses de molt mal gust.

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  20. Crec que els d’abans han dit tot el que jo volia expressar. Potser caldria dir que no som uns carques que a la majoria ens agrada que l’òpera es renovi, el temps dels miriñaques i els cantants estaquirots ha passat a la historia, tot i que Il trovatore deu ni do com s’estaven de quiets. En fi que el que volem és que els resonsables pensin que el públic també es important

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  21. Doncs jo volia resaltar això de que ens prenen per ignorants. És cert. Moltes vegades haig de sentir allò de «el públic potser no ho acaba d’entendre». Doncs si ho entenc hi ho entenc tant que aquest anysvaig renunciar a l’abonament i comrpo les operes sueltes i només he comprat 5. Alguna cosa voldrà dir això. No us sembla? ah! de les cinc dues son de La fille.

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  22. Estrella,

    estic MOLT d’acord amb el que comentes. Seria important que els responsables del GTL interpretin que més enllà dels benerats directors d’escena hi ha cantants que generen il·lusió i omplen el teatre, per tant allò que comentes que «en temps de crisi cal assegurar-se la clientela», passa per aquí. En fi, aquests dies està essent un plaer gaudir de la «fille», esperem que no triguem massa a veure i escoltar una producció tant excel·lent.

    Una abraçada,

    Albert

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  23. Tinc 23 anys vaig descobrir aìxò de l’òpera fa poc de la ma d’un amic que em va portar a veure Norma a la platja i diumenge vaig disfrutar com un enano

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  24. Por motivos de trabajo cada año viajo a Ny y aprovecho para disfrutar de grandes cantantes, por lo que hace alas puestas en escena resultan impresionantes las primeras diez veces despues aburren a pesar de su esptacularidad es un poco como alguien a dicho un parque disney. De lo que ponen envuestro teatro he de decir que h visto cosas muy buenas y cosas a mi entender abominables. El tema bieito de rompedor e innovador yano tiene nada todos sabemos de qué va, un par violaciones, algun desnudo y suciedad esas son sus máximas y por supuesto pasarse la música por elforro. Alguna como el también controvertido Don Carlo me gusto pero como a ti no le perdono que me machacasen el auto de fe con una charlotada que podían haberse ahorrado. Sin ir más lejos me gusto el Lohengrin de los escolapios que para muchos fue algo tremebundo pero para mi entender era fiel, a su manera, al texto y muy respetuoso con la musica. Me cuesta mucho digerir un Trovatore como este último aburrido hasta la desesperación. Ser fiel al texto de Trovatore es dificil porque facilmente se cae en el ridiculo y el topico pero de eso al bostezo incontenido va un abismo. Creo que en Barcelona (supongo que entodas partes se escucha poco al público) pero elpublico puede hablar ya sea en foros, con articulos como este y en taquilla. Somos demasiado buenos.
    Saludos

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  25. Se puede decir más alto pero no más claro.

    Cuando, a la salida de una función como “La Fille” de estos días, miras las caras de los asistentes te das cuenta que han disfrutado de lo lindo y ante esas caras ni se te ocurre pensar en términos como “escenografía casposa” o “escenografía moderna” (despectivos en ambos casos y esgrimidos como dardos lanzados al enemigo en la mayoría de las ocasiones), sólo eres consciente que “hoy les ha salido redondo el tema”, que ni faltaba ni sobraba nada, que la historia (bien sencilla por cierto) ha llegado, ha divertido, ha emocionado. Eso es lo que importa, eso es lo que mantiene viva la ópera. Eso y cantantes de primera, Y si ello se consigue con “miriñaque” o con “cubos” poco importa. Pero la verdad es que, para las muchas oportunidades que les han dado a los “cubos”, son bien pocas las veces que he conseguido verlas.

    Es hora de que se fijen en esas caras a la salida del teatro y que les den el valor que tienen.

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  26. I sobre el tema de la carta… jo cre que hi ha molt senyor ben aplontronat que l’unic que fa es mirar-se el melic i felicitar-se per comn’es de collonut en Liceu en lloc que mirarr que fa la resta del mon i trere les coses bones que es podien aplicar.
    Si jo fos el sr Joan Francesc Marco miraria que fan museus del mon com el Moma per atraure gent de diferents edats i generar moviment mes enlla de les entrades i sortides abans i despres de cada funcio.
    Tambè em plantejaria fer abonaments conjunts amb el Palau i d’altres llocs per fer creixer el mercat de gent interessada en la opera i la musica sense melics ni melenes en general.

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  27. Jo el que vull saber mama es perque els teus photoshops cada cop tenen mes pinta de freki del manga??? Possa un parell de Unicornis (o com es digui en catala) una tia en plan Xena princesa guerrera i apa! que es tanta tranparencia y tanto fundido???

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  28. No hi haurà mai res que agradi a tothom, es cert, peró quan el que es veu damunt l’escenari es fruit de l’inteligència d’algú que arrisca, peró no per la via fàcil de l’escàndol gratuit, o del minimalisme còmode que fan que unes postes en escena siguin practicament idèntiques a tantes altres (quants «cubos» torts portem ja?) el públic que no es tonto, ho agraeix i la producció en surt beneficiada. A mi tampoc m’agraden aquelles postes en escena, diguem-ne ràncies, peró si que m’agrada veure com algú es guanya els diners que li paguen i crea o recrea el que hem vist moltes vegades d’una manera inteligent.Per aixó, després d’una funció com aquesta ultima de la Fille,la gent surt contenta. Perque es veu un treball i una originalitat que sorprenen i denoten que algú s’ha posat a fer funcionar les cél·lules grises del cervell. Altra cosa son les veus. Si s’ha d’economitzar, potser val mes una ópera menys i així poder portar grans figures, sino en totes, en la majoria. Perque els abonaments no son regalats, i ja se sap, quan t’abones veuràs de tot, peró si passem per veure alguna mitjania també tenim tot el dret a veure el millor en tots els sentits, al menys la vista i l’oida. Molt bona la teva carta.

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  29. Me parece muy interesante todo lo que dices. Tengo que leerlo un par de veces más pero mi oponión ya está básicamente formada y está de acuerdo con lo que postulas. mMñana me extiendo un poco más (y de paso me leo lo antyerior que va ligado…)

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  30. A mi m’agrada com ho expliques, Estrella, perque no sona en absolut a la rancia letania dels «on-s’es-vist!» que tan abunden al Liceu, especialment en alguns torns de edat mitja bastant avançada.
    Pero no crec que el problema, si es que n’hi ha, sigue la modernitat de les produccions. Que el Trovatore era una «me», totalment d’acord, pero no per «modern», sino per dolent. El Tanhaüser del carsen, per posar un exemple, va aixecar ampolles en alguns sectors, i jo el vaig trobar magnífic. A mi m’agraden les postes en escena noves i arriscades, i això sempre tindrà menys seguidors que les postes clàssiques, però crec que no s’han de deixar de banda. I jo, la temporada del Disney-MET tampoc la vull, que vols que et digui.

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